Recordando de raíz

No os quedéis en el pasado.” Un pasado negado.

No abráis heridas.” Heridas que no se han llegado a cerrar nunca.

Abrir un nuevo capítulo en la historia, sin haberse leído el anterior.

Es inevitable. Es natural y la historia va a repetirlo una y otra vez, sin fin. Porque así funciona, y no va a cambiar.

La historia negada no va a cerrarse nunca.

Va a volver eternamente. Lo no nombrado quiere reconocimiento, vuelve a por su nombre, a recuperarlo para que no se olvide. Los olvidados siempre querrán ser vistos, escuchados, recordados, reconocidos, antes de que nadie pueda pasar SOBRE ellos y llenarse la boca con palabras de futuro, modernidad y progreso. No sobre nuestras tumbas. No sobre nuestras abuelas. Voy a tirar de ti, aunque suponga parar el mundo y no dejarlo avanzar.

La historia se repetirá, mientras los privilegiados no vean su posición, no tomen responsabilidad e ignoren el dolor que causaron los que les permitieron llegar hasta allí. Esta historia se repetirá, mientras no entendamos lo que nos piden los que viven en el dolor y la rabia de la injusticia y el olvido, y no hagamos el mínimo esfuerzo de quitarnos la venda para mirarlos a la cara. “¿Por qué?, nosotros que no hemos hecho nada malo.” Pero te estás sentando encima de nuestra historia, la de TODXS, y no va a avanzar, nunca, queriendo correr hacia delante sin mirar atrás.

Toda nación que niega su pasado y no toma responsabilidad desde el poder, vivirá como con una bomba que no sabe cuando explotará. Quien levanta ciudades y entierra en fosas a sus obreros debajo, quizás pueda prosperar, pero cada triunfo irá acompañado de miedo y vergüenza.

Va a volver y volver. Y cuanto más quieras reescribir la historia, más fuerte será el ruido de la revuelta. Como el niño que juega a ignorar a su amigo, y este se va irritando más y más. Cuanto más juguéis a no escuchar al pueblo, más alzará su voz. Lo mínimo para no perder la dignidad e identidad, será exigir la memoria. Aprendamos de los horrores de la gran olvidada, al otro lado del charco.

Lo único que queda, como con cada conflicto que se repite una y otra vez, es a prender finalmente de él. Pararlo todo, mirar hacia donde debemos mirar, y seguir. Dejadnos nombrar a los fantasmas de nuestro país, para que no vuelvan más, y podamos seguir en paz.

Ahora la democracia, que tiene miedo de recordar, nos enferma de amnesia; pero no se necesita ser Sigmund Freud para saber que no hay alfombra que pueda ocultar la basura de la memoria.” Eduardo Galeano

*Imagen de Forges

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